lunes, 25 de abril de 2011

FUTBOL

ATAQUE
Parece que el desarrollo gestual de este deporte podría ser el paradigma de expresividad, al menos en la situación de ataque.
El futbolista que busca el gol debe extender sus extremidades -las piernas para golpear el balón e imprimirle potencia, los brazos para guardar el equilibrio- y exponer su centro de gravedad al capricho de la inercia, la velocidad que lleva y, porqué no, el posible contacto -más o menos violento, con el contrario. Es, por todo esto, habitual encontrarnos que, tras un último contacto del balón buscando el gol: un disparo lejano, un remate de cabeza en el área, o el mismo saque de una falta. El jugador acaba en el suelo -con o sin contrario sobre él-
Igual que hemos visto en otros deportes: desproteger el cuerpo y desequilibrarlo es síntoma inequívoco de que se busca llevar la iniciativa y "atacar" al contrario.

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